Duelo de titanes

Desde el período presidencial de Néstor Kirchner, la relación con los medios de comunicación es tensa. El ex presidente instauró una nueva forma de vincularse con los periodistas. Las conferencias de prensa se acabaron –sólo se realizaban cuando la situación lo requería- y las entrevistas pasaron a ser exclusivas de un canal o programa de televisión.

Sin embargo existe un sello infaltable en el matrimonio Kirchner: los discursos oficiales parecen ser el momento ideal para criticar y hacer visible su postura de rechazo hacia los medios. Todos recuerdan actos en donde –el entonces presidente de la Argentina- criticaba a diferentes periodistas o artículos que aparecían publicados en algún diario de tirada y alcance nacional.

Desde que asumió Cristina Fernández, la relación tirante entre los medios y el gobierno fue en aumento. El detonante: la cobertura mediática del conflicto con el campo. A partir de ese momento, se desató un cruce entre los oficialistas y las empresas de comunicación.

En este contexto, la Jefa de Estado –en un acto que se llevó a cabo en Plaza de Mayo en apoyo al gobierno nacional- criticó la difundida caricatura realizada por Hermenegildo Sábat, publicada en el diario Clarín. La presidenta lo calificó de un mensaje “cuasi- mafioso”.

A partir de ese momento se reavivó la llama de un conflicto que viene desde hace tiempo. A esto se le sumó el aporte de la Universidad de Buenos Aires (UBA) cuando desde su Facultad de Ciencias Sociales se dio a conocer un informe en donde se analiza la cobertura que llevó a cabo la mayor parte de los medios sobre el “lockout” agrario.

El trabajo criticó la labor de varios periodistas que “con afirmaciones o apreciaciones opinables llenaron de vergüenza e indignación por sus contenidos clasistas y racistas”.De esta manera la UBA le proporcionó a la presidenta los argumentos para defender su postura respecto a los medios.

Así, Fernández de Kirchner apuntó al Grupo Clarín y comenzó una disputa en una falsa polarización de la que participan la mayoría de los medios, los periodistas, el oficialismo, la oposición política, y casi todas las organizaciones formadoras de opinión.

De un lado, aparece el gobierno que denuncia un “supuesto intento de desestabilización efectuado por un polo informativo, cuyos dueños tienen ambición política y utilizan su poder mediático para esos objetivos”. Del otro lado, Clarín denuncia un desmesurado ataque a la libertad de prensa y el periodismo supuestamente independiente.

Debido a este conflicto la presidenta decidió, junto con el titular del Comité Federal de Radiodifusión, Gabriel Mariotto, modificar la ley de radiodifusión que había decretado Jorge Rafael Videla en 1980. Entre la modificación se establece que ningún grupo podrá tener más de doce licencias de radio y televisión. También se pretende regular el mercado de los medios audiovisuales que prevé la anulación de la fusión entre Cablevisión y Multicanal –las dos proveedoras de servicio de TV que pertenecen a Clarín- y que fueron autorizadas por Néstor Kirchner tres días antes de dejar el poder.


De esta manera, el gobierno comenzó con una pelea que se contradice con su propio accionar. Está claro que la cobertura de muchos medios respecto al conflicto del campo dejó entrever tintes racistas y muchos de ellos perdieron objetividad y responsabilidad a la hora de informar. Sin embargo el matrimonio Kirchner ha demostrado tener una obsesión y paranoia respecto a los medios iniciando un conflicto que –hasta el momento- no tiene fin.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Esto genera un interesante y acalorado debate. Desde qué lugar acciona el gobierno y con qué reales objetivos??
Cuál es el lugar de los medios hoy en Argentina, quiénes son, desde dónde accionan su discurso?...
Complejo y atractivo tema...

Flori

Agrupación Estudiantil Unamano dijo...

Estimada Flori:
Esta bien que cuestionemos al gobierno, por eso estamos en democracia, pero por que no se puede cuestionar a algunos sectores del campo? acaso son intocables?.
Hay otros sectores agrarios que sn embargo estan de acuerdo con las retenciones, me parece que estamos polarizando demasiado, creo que debemos utilizar un micrófono no tan direccional para recoger las opiniones y vuelvo a repetir, es saludable que critiquemos y cuestionemos al gobierno, pero no es saludable cuestionar solo al gobierno.
Maximiliano Villafañe