Repetir la historia

El sábado 17 pasado, aproximadamente a las once de la mañana, se produjo una pelea entre dos personas. Una de ellas terminó con una herida en la zona hepática, producto de una puñalada. Este caso volvió a sumar un nuevo escándalo policial por “incumplimiento de funcionario público”.

El Capitán Walter Solari está acusado de encubrimiento agravado, tras no aceptar que los familiares de Enrique Arce, herido en el altercado que mantuvo con Oscar Bianchi, radiquen la correspondiente denuncia en la estación policial. Al parecer, Solari habría dado órdenes a los policías de turno para que no tomaran la denuncia ya que –según la versión que les proporcionaron a los allegados- “debía realizarla la misma víctima”, que lógicamente en ese momento se encontraba en el Hospital Pirovano debido a la grave herida que sufrió.

El martes por la tarde, personal del Ministerio de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, allanó la Jefatura Departamental en búsqueda de pruebas que pudieran comprometer a Solari y esclarecer así el caso. El Capitán quedó detenido y fue trasladado a la comisaría de Monte Hermoso. Ayer se negó a declarar ante el fiscal Facundo Lemble.

Es aquí donde se vuelve a replantear si quienes son los encargados de cuidar de la seguridad de todos los habitantes lo hacen o, por el contrario, son ellos mismos cómplices de la inseguridad que cotidianamente atormenta a la sociedad.

Las corrupciones y los malos manejos de funcionarios públicos forman parte de las noticias de todos los días. Sin embargo, y como suele suceder en otros ámbitos, hay quienes creen que en Tres Arroyos esas cosas no pasan. Está claro que episodios así terminan enfrentándolos con una triste realidad.

En la ciudad ya se han vivido casos de cohecho en donde está involucrada la policía. Sólo hay que recordar en 2004 cuando el titular del Destacamento Vial, oficial principal Guillermo Barrios, fue descubierto tras robar un DVD de una casa que se había allanado por robo.

O cuando Ricardo Magrath debió dejar el cargo como consecuencia de las presiones que la Justicia le generó abriéndole cinco causas, dos de ellas relacionadas con apremios ilegales.

En ese contexto apareció el capitán Carlos Faure, que se transformó en el primer Jefe de la Policía Comunal de la provincia de Buenos Aires. Cuando se creía que quién estaba en ese puesto era una persona responsable y honesta, un video en donde se mostraba a dicho funcionario cobrándole a una persona una coima de cinco mil pesos para no abrirle una causa penal, volvió a sacudir a toda la localidad.

El Capitán Solari debía resguardar la seguridad de Arce. Sin embargo no lo hizo, y olvidó las funciones que tiene como autoridad pública y por las cuales prestó juramento.

Tres Arroyos se encuentra una vez más envuelta en un escándalo de corrupción y esto afecta a muchos policías que, conscientes del compromiso que tomaron, decidieron vestirse con su uniforme azul y todos los días tratan de hacer bien su trabajo.

Sin embargo, con situaciones como éstas, es la misma policía la que se desprestigia con personal no apto para ocupar cargos de enorme responsabilidad y hacen que los mismos ciudadanos pierdan credibilidad en la institución. Otra vez se repite la historia, una que no da orgullo contar y que avergüenza a todos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola me parece un análisis muy interesante acerca de como se encuentra hoy la ciudad de Tres Arroyos y el país en general, la pregunta que queda por hacernos de acá en mas, es como sigue esto?.
La Argentina se encuentra en un proceso de desconfianza desde la década del 90, la sociedad no se siente identificada con sus representantes y, aunque adhiere a la democracia como forma de gobierno y modo de vida, descree de sus políticos, de su policía y de quienes dirigen los órganos del estado, en todos sus niveles, y esto es un problema, ya que estos últimos son los pilares institucionales sobre los cuales la democracia representativa basa su accionar.
La realidad Argentina solo demuestra, manifestaciones, cortes de rutas y “Que se vayan todos” denota que la representación esta sufriendo una crisis, o ¿Sera que ya no existe?…sigan así, me gusto mucho la nota..

Anónimo dijo...

No dejo de sorprenderme con este tipo de hechos.. No puedo terminar de creer el tipo de mundo que hemos sabido construir (destruir)... Dónde estamos viviendo???? Hace rato que no es a la policiía en quien primero pienso en recurrir a pedir ayuda, un pco por nuestra historia y el lugar que esos trajes ocupan en ella y otro poco por esta corrupción y delito que los entreteja a dairio: gatillo fácil, drogas, abusos, asesinatos, desapariciones en plena democracia, encubrimientos, silencios, alas de goma, represión... Sé que no hay que generalizar y que no todos son iguales... Espero aún que me lo demuestren

F.