Hacía tiempo que el Senado no estaba tan concurrido por periodistas, militantes políticos y personas que defendían una u otra postura, como en estos últimos días. Desde que comenzó el conflicto entre los ruralistas y el gobierno, hace cuatro meses, todo el país se ha convulsionado.
Sin embargo, en la madrugada del jueves ocurrió un hecho histórico en
Después de dieciocho horas de sesión en el Congreso Nacional, la votación estaba
A las cuatro y media de la mañana, no quedaba ningún senador por emitir su voto y seguía el empate. Cobos iba a inclinar la balanza para un lado o para el otro; para el lado del oficialismo –algo que muchos esperaban por ser el compañero de fórmula de la presidenta Cristina Fernández- ó a favor de los ruralistas, aquellos que desde hace cuatro meses luchan defendiendo sus intereses.
Ante la negativa que obtuvo de los senadores, cuando pidió un cuarto intermedio, Cobos tuvo que expresar su decisión. De esta manera, y con una multitud de personas en Palermo –en apoyo al campo- y en
A partir de ese momento, y como la final de un partido de fútbol, las personas en el barrio porteño estallaron en gritos y saltos que mostraron el fervor y la alegría de haber ganado la lucha.
De esta manera, Julio César Cobos pasó a la historia. En Argentina, hay dos antecedentes en los que el presidente del Senado debió intervenir con su voto para definir un empate, como lo hizo en la madrugada del jueves el vicepresidente de
Así, el vicepresidente dio un giro a un voto que se consideraba cantado. Tras meses de intrascendencia, Cobos ganó un protagonismo impensado cuando a mediados de junio hizo pública una carta en la que reclamó una activa participación del Congreso para resolver el conflicto. En ese mismo lugar, días más tarde, daría el golpe de muerte al proyecto de su Gobierno.
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