Nadar contra la corriente

Hacía tiempo que el Senado no estaba tan concurrido por periodistas, militantes políticos y personas que defendían una u otra postura, como en estos últimos días. Desde que comenzó el conflicto entre los ruralistas y el gobierno, hace cuatro meses, todo el país se ha convulsionado.

Sin embargo, en la madrugada del jueves ocurrió un hecho histórico en la Cámara de Senadores. El Vicepresidente de la Nación, Julio Cobos, votó en contra al proyecto de ley enviado por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, para aprobar la resolución 125 que garantizaba las retenciones móviles y los derechos de exportación. De esta manera, se abre un nuevo capitulo en esta disputa que tiene en vilo al país desde hace más de 120 días.

Después de dieciocho horas de sesión en el Congreso Nacional, la votación estaba 36 a 36. Cobos decidía; en sus manos estaba el modelo de país de ahora en más. La cara del presidente de la Cámara iba cambiando a medida que pasaban las horas.

A las cuatro y media de la mañana, no quedaba ningún senador por emitir su voto y seguía el empate. Cobos iba a inclinar la balanza para un lado o para el otro; para el lado del oficialismo –algo que muchos esperaban por ser el compañero de fórmula de la presidenta Cristina Fernández- ó a favor de los ruralistas, aquellos que desde hace cuatro meses luchan defendiendo sus intereses.

Ante la negativa que obtuvo de los senadores, cuando pidió un cuarto intermedio, Cobos tuvo que expresar su decisión. De esta manera, y con una multitud de personas en Palermo –en apoyo al campo- y en la Plaza de los Dos Congresos –donde se encontraba la carpa kirchnerista- se escuchó la definición: “Que la historia me juzgue. Pido perdón si me equivoco. Mi voto no es positivo, mi voto es en contra”.

A partir de ese momento, y como la final de un partido de fútbol, las personas en el barrio porteño estallaron en gritos y saltos que mostraron el fervor y la alegría de haber ganado la lucha.

De esta manera, Julio César Cobos pasó a la historia. En Argentina, hay dos antecedentes en los que el presidente del Senado debió intervenir con su voto para definir un empate, como lo hizo en la madrugada del jueves el vicepresidente de la Nación. Una el 30/07/2001 cuando el entonces titular provisional del Senado, Mario Losada, desempató la votación del artículo 10 y se aprobaba la Ley de Ajuste Fiscal. Otra, el 30/05/2002, cuando Juan Carlos Maqueda, del partido Justicialista de Córdoba, definió a favor de derogar la Ley de Subversión Económica.

Así, el vicepresidente dio un giro a un voto que se consideraba cantado. Tras meses de intrascendencia, Cobos ganó un protagonismo impensado cuando a mediados de junio hizo pública una carta en la que reclamó una activa participación del Congreso para resolver el conflicto. En ese mismo lugar, días más tarde, daría el golpe de muerte al proyecto de su Gobierno.

Ahora Julio Cobos ha logrado una legitimidad frente al pueblo, que antes estaba oscurecida por la figura de la presidenta. De ahora en más, habrá que ver como va a superar el gobierno oficialista esta decisión. Se produjo una crisis política e institucional que desde el gobierno querían disimular, pero que el jueves se hizo visible. Julio Cobos pudo leer la mente de los argentinos, pudo descifrar que todos pedían calma y tranquilidad de una vez por todas. Fue así como actuó en consecuencia y le tendió una mano al pueblo.

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