Parece que nuevamente la sensación de inseguridad comienza a decir presente en Tres Arroyos. Por estos días los actos delictivos se reiteraron en forma tal que la problemática se encuentra otra vez instalada en la opinión pública. De este modo, los encargados de garantizar el orden público y el intendente Carlos Sánchez -responsable de la Policía Comunal- están en el centro de las críticas.
Sin embargo, poner el ojo sólo en estos dos actores sería como tapar el sol con las manos. No obstante, y teniendo en cuenta sus obligaciones, funcionarios estatales deberían pensar en otras metodologías de trabajo para tratar de revertir la situación. Pero eso es tema que se abordará en próximas ediciones de este medio, al igual que el desempeño de los jueces de Garantías y de Menores.
Indudablemente, la principal causa de la problemática radica en un factor social que, lamentablemente, se viene gestando de hace tiempo. En los últimos años, la Argentina ha sufrido las consecuencias de los ineficientes ejercicios de sus gobernantes. Esto originó que el primer plano entrado en crisis haya sido el económico.
En efecto, un importante y considerable número de argentinos quedaron desempleados. No todos tomaron el mismo rumbo. Hay quienes eligieron el camino apropiado: seguir peleándola y remar contra la corriente. En cambio, otros tomaron la opción más accesible: salir a delinquir.
Por estos tiempos la cultura de lo fácil ha ganado adeptos. Tal característica tiene una gran vinculación con la problemática de la inseguridad. La razón es simple. A una persona que tiene a la delincuencia como forma de ganarse la vida, esta elección le resulta más liviana que tener un trabajo digno y decente.
A esto debe agregarse que existen quienes son cómplices de la delincuencia desde otros lugares, sin “ensuciarse las manos” para robar. El hecho de que exista un mercado paralelo en el que se ofrecen todo tipo de bienes sustraídos también origina que la problemática siga escalando más y más niveles.
En definitiva, nadie tiene que deslindar responsabilidades respecto a la problemática. Mas allá de que los funcionarios públicos tienen un alto grado de responsabilidad y deberían tomar cartas en el asunto, no es menos cierto que esta compleja cuestión no se arregla de un día para otro o, simplemente, cambiando jefes policiales cada sesenta días. Hace falta otro tipo de solución, de tipo estructural y no coyuntural.
En principio, es necesario que exista un mayor compromiso de todos. Desde el Intendente, concejales y ciudadanos comunes. Sería inútil que estas tres patas no tiren para el mismo lado, tal como está ocurriendo por estos tiempos. Entonces, si se continúa con esa postura, evidentemente la problemática sólo se seguirá dilatando.
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Política - Sociedad
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1 comentarios:
El punto complicado es qué hacer como ciudadano... Ayer nos robaron por tercera vez. Lo de anoche fue lo último, a cara descubierta y con el local lleno de gente, que nunca se enteraron de lo que sucedió. Si el tipo tiene la impunidad de poder robar a cara descubierta e irse caminado como si saliera de comprar el pan... qué e slo que podemos hacer??? cerrar?? atender por una reja??? DEJAR DE LABURAR??? Y el miedo con el que uno labura es un bajón... TrabajÁs para vivir mejor y hacer las cosas bien y tenÉs que hacerlo con CUATRO ojos y c..... en las patas... No da... REALMENTE, NO DA!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
fLORI
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